domingo, 15 de enero de 2023

La transición a la Edad Media


 La gran extensión del Imperio romano y las diferencias entre las provincias que lo integraban dificultaron su administración. 

El emperador Diocleciano intentando buscar una solución a esta cuestión resolvió dividir el imperio en dos regiones administrativas (oriente y occidente), cada una bajo la autoridad de un augusto (emperador), del que dependía un césar. Este sistema se conoce como tetrarquía. 

Durante siglos, el imperio romano había mantenido contacto con los pueblos que se encontraban más allá de sus fronteras, principalmente los germanos, llamados bárbaros porque no conocían el latín. Los primeros germanos llegaron en grupos reducidos y el imperio los incorporó fácilmente, dándoles tierras a cambio de que sirvieran en el ejército.  

Pero, a partir del año 376 d.C., los germanos asentados en el sur del actual territorio perteneciente a Rusia, presionados por los hunos, comenzaron a invadir el imperio. Si bien los hunos y su jefe Atila fueron derrotados en el año 453, los restantes pueblos bárbaros continuaron penetrando en todos los rincones del imperio.  

Más tarde, otros pueblos bárbaros llevaron adelante sucesivos ataques, situación que junto a la descomposición interior del propio imperio condujo al fin del mismo en el año 476, cuando un jefe bárbaro depuso al último emperador romano de occidente. 

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