Desde finales de la Edad Media, en Europa se presentaba una intención por emprender una profunda reforma religiosa que acabara con vicios y corrupción dentro de la Iglesia. Martin Lutero, en Alemania, fue el primero en romper con el dogma establecido, poniendo fin a la unidad de la cristiandad occidental.
Lutero y sus tesis
A principios del siglo XVI la imagen que ofrecía la Iglesia indignaba a muchos cristianos y a miembros del Clero, que no podían aceptar prácticas como la compraventa de cargos eclesiásticos, el lujo de los papas, que se comportaban como príncipes renacentistas, la vida relajada de los clérigos y la escasa preparación de algunos.
Martin Lutero (1483-1546), era un monje agustino y profesor de teología de la Universidad de Wittenberg, que se rebeló contra Roma cuando el Papa León X(1513-1521) ordenó, en 1517, la predicación de indulgencias, es decir, el perdón de los pecados a cambio de limosnas para financiar la reconstrucción de la basílica de San Pedro.
Grabado que representa a Martin Lutero fijando sus tesis en la Iglesia de Wittenberg.
El 30 de octubre de ese año Lutero fijó en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus noventa y cinco tesis contra la doctrina católica. Los puntos principales de su reforma eran:
- La justificación por la fe: las personas se salvan sólo por su fe, y no por sus obras.
- El sacerdocio universal: todos los creyentes pueden interpretar libremente los textos sagrados.
- El libre examen de la Biblia, con el rechazo de la tradición de la Iglesia como fuente de la verdad y como autoridad en la interpretación bíblica.
- Abolición del celibato sacerdotal obligatorio.
- Reducción de los sacramentos a dos: bautismo y eucaristía.
Reforma y política
En Alemania las ideas de Lutero se extendieron rápidamente, por estar dividida en múltiples estados cuyos príncipes deseaban independizarse de la autoridad del emperador Carlos V y del Papa. De este modo, la Reforma se convirtió en un arma ideológica para justificar intereses políticos.
En Inglaterra, la misma motivación política, impulsada por el deseo de reforzar la monarquía autoritaria, propició la separación respecto a la Iglesia de Roma cuando Enrique VIII (1509-1547) decidió crear la Iglesia anglicana (1534).
En Suiza, la Reforma tuvo como protagonistas a Ulrico Zuinglio (1484-1531) y, sobre todo, a Juan Calvino (1509-1564), quien instauró en Ginebra un gobierno extremista basado en la doctrina de la predestinación. El calvinismo se propagó por los Países Bajos, Escocia (presbiterianos), Inglaterra (puritanos) y Francia (hugonotes).
La consecuencia principal de la Reforma fue la división de Europa en diversas confesiones enfrentadas.
Tras la paz de Augsburgo (1555) entre Carlos V y los príncipes protestantes alemanes, se impuso la idea de que los súbditos estaban obligados a abrazar la religión de su señor, según la fórmula cuius regio, eius religio («tal es su país, tal su religión»). Dentro de cada demarcación no se toleraron las disidencias religiosas.
El Concilio de Trento y la Contrarreforma
La Iglesia católica también tenía un anhelo de reforma. Erasmo de Rotterdam (h. 1469-1536) realizó una crítica de la Iglesia desde dentro de la institución, pero la verdadera reacción sólo tuvo lugar cuando se comprobó que el acuerdo con los protestantes era imposible.
El resultado fue la Contrarreforma, cuyos principios eran opuestos a los de la Reforma de Lutero. El Concilio de Trento (1545-1563) fue convocado por el Papa Paulo III (1534-1549) para fijar el dogma católico y crear nuevos medios de difusión de la doctrina.
Las consecuencias inmediatas del Concilio fueron:
- El dogma: se mantuvieron la creencia en la salvación por la fe y también por las obras, los siete sacramentos, el celibato sacerdotal y el culto a la Virgen y los santos; se ratificó la posición del Papa como cabeza de la cristiandad y la autoridad exclusiva de la Iglesia para interpretar los textos sagrados.
- Nuevos medios: se crearon los seminarios para mejorar la educación del clero, se fundaron numerosas escuelas, se estableció el catecismo y se intensificó la labor misionera en otros continentes.
- La Compañía de Jesús, fundada en 1540 por el vasco San Ignacio de Loyola (1491-1556), fue el principal apoyo de los papas para poner en práctica la Contrarreforma.
Se conoce como Guerras de religión a una serie de ocho conflictos que se iniciaron en Francia el 19 de diciembre de 1562, en el que se enfrentaron católicos y protestantes calvinistas, conocidos como hugonotes.
El desarrollo del humanismo durante el Renacimiento provocó el surgimiento de una corriente reformista que cuestionó los tradicionales principios de la religión católica, tal y como la enseñaba la Iglesia de Roma. Al catolicismo tradicional, pues, se opondrá el protestantismo y ello desencadenará en una terrible guerra civil.
Las discordias comenzaron debido a destrucciones iconoclastas, cometidas por protestantes de objetos del ritual romano que los católicos consideraban sagrados: reliquias, Custodias y estatuas de santos.
A finales del reinado de Enrique II, el conflicto se politizó, y al morir el rey en 1559, los partidos religiosos se organizaron para preparar sus estructuras militares.
Las guerras se prolongaron hasta 1598, con la promulgación del Edicto de Nantes.
POR HISTORY CHANNEL
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